RESPONSABILIDAD
A la vista de lo extremadamente delicado de nuestra situación económica, los hay que han optado por pasar olímpicamente –nunca mejor dicho– de cualquier tipo de información, huyendo como de la peste de los telediarios y refugiándose en los programas deportivos y los seriales de la tele. Pero también los hay que, pese a todo, prosiguen la tortura cotidiana que conlleva estar informado puntualmente del descalabro al que nos someten a diario los especuladores del mundo entero ante la mirada ingrávida de los países nórdicos, empezando por Alemania, como si la cosa no fuera con ellos. A uno, bien es cierto, y máxime a estas alturas del estío, le gustaría situarse en el primer grupo por mero instinto de supervivencia; pero algo me dice que esto cada vez se parece más al viejo dicho de Bertold Brecht aludiendo a la persecución judía. Vinieron a por un compatriota, pero como eso no iba conmigo, no hice nada; después vinieron a por un vecino, pero como apenas l