OTOÑO NEGRO
Concluida
a Feria se impone la amarga realidad. Por más que se nos reitere que estamos
saliendo de la crisis –siempre los puñeteros brotes verdes–, la realidad es la
que es: hambre creciente, pobreza, desigualdad in crescendo, con unas perspectivas más que sombrías. La
ONG Interpón Oxfam advierte que en el año
2025 podrían haber 25 millones de europeos más que vendrían a añadirse a los
casi 125 millones que actualmente están sumidos en la pobreza, de continuar las
medidas de austeridad que están siendo aplicadas en el Continente, y nada
anuncia, desde luego, que se vaya a producir un giro político copernicano en
los próximos meses, salvo que los socialdemócratas alemanes lograran batir a la
canciller Merkel, cosa que está por ver.
Mientras
países como Japón y Estados Unidos ponen en práctica políticas de inversión y
fomento, el Viejo Continente se hunde, presa de los miedos y las
contradicciones, perdiendo en cuatro años lo conseguido en más de cuarenta. Y
lo peor es la impotencia con que nuestros gobernantes asisten a la debacle,
fieles al “sálvese quien pueda”, como si de un determinismo a ultranza se
tratara.
El
egoísmo de los países nórdicos, empezando por Alemania y sus ahorradores,
incapaces siquiera de reconocer el tremendo esfuerzo que los países del sur
están haciendo no sólo siguiendo fielmente sus medidas disciplinarias, que tan
“perversos efectos” están teniendo, sino también deteniendo la cada día más
incontenible marea de africanos que literalmente no pueden vivir en sus
respectivos países, al final, no lo dudemos, acabaremos pagándolo todos, por no
decir que ya lo estamos pagando, superados en todos los órdenes por China,
Japón, Estados Unidos y los países emergentes.
La
pobreza ya es un hecho en amplios sectores de la sociedad española que viene
sufriendo golpe tras golpe los incumplimientos del Gobierno Rajoy, un hombre de
imaginación nula, de escasísima capacidad política, acomplejado en cuanto sale
de España, y que se limita a hacer lo mismo que podría haber hecho un sastre en
la Moncloa :
meter la tijera, sin importarle lo que se lleva por delante; y cuidando, eso
sí, muy bien, de respetar los privilegios de su clase política y de los ricos y
banqueros. Lamentable, como lamentable ha sido su última hazaña recortando las
ya de por sí muy mermadas pensiones de los jubilados españoles, sirviéndose
para ello de esta curiosa dama llamada Fátima Báñez que, inspirada en no sé qué
virgen, está haciendo verdaderos estragos y que pasará a la historia de España
como ejemplo de lo nefasto en grado superlativo.
No
se puede gobernar contra el pueblo de la forma en que lo viene haciendo este
presidente con la esperanza de que cambie la coyuntura general y empiecen a
soplar vientos que le den la razón y pueda sacar pecho. Los estragos son tales,
que hasta los más optimistas fijan en décadas la recuperación del Estado de
Bienestar perdido. Nada extraño que, ante tal hecatombe y ante tanta ineptitud
Cataluña, encomendándose a Dios y al Diablo, exija una pronto independencia,
sabedora de que tendrán que pasar muchos años para que se le presente una
ocasión tan propicia como la que vivimos.
Ya
nadie con dos dedos de frente duda que en breve Rajoy irá a parar a la misma
caldera de Pedro Botero donde desde hace dos años se viene cociendo Zapatero,
despreciado por todos y olvidado excepto por aquellos que lo han perdido todo,
incluso su razón de existir, con cincuenta años, con cuarenta, e incluso sin
haber sido capaces de conseguir un primer empleo.
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