UN PASO MÁS HACIA EL ABISMO
Hasta hace bien poco, cada vez que el índice de paro crecía, con la consiguiente alarma en la población, el ministro o ministra del ramo daba la cara, como en los tiempos de los asesinatos de ETA lo hacía el ministro del Interior. Hoy ya ni eso, quizás porque, como en La Peste de Camus, cuando las cifras se incrementan ya sin control posible, lo mejor sea “verlas venir y dejarlas pasar”. Los datos de la Encuesta de Población Activa que este jueves publicaba el Instituto Nacional de Empleo, una vez más, han sacudido hasta los cimientos la sensibilidad de la ciudadanía, que ve cómo, día a día, avanzamos hacia el abismo sin que nada ni nadie sean capaces de poner coto al desastre. Hemos pasado como por ensalmo la línea roja de los seis millones hasta instalarnos en los 6.202.700 personas desempleadas, o sea, un 27,16 % de la población, y, lo que es peor, sigue subiendo a un ritmo de más de 2.500 hombres y mujeres al día. Una auténtica tragedia,