Y AHORA A POR LA CAJA ÚNICA
Hubo un tiempo, hacia el final de los Austrias, que corrían por Europa láminas y grabados que representaban a España como una exuberante cerda con innumerables cerditos aferrados a sus pezones, extrayendo cada cual por su lado la sustancia nutritiva de la madre sin ningún tipo de miramientos. Los cerditos tenían sus correspondientes rótulos: Inglaterra, Francia, Países Bajos, Imperio Germánico, etc., etc. Era el final de una época gloriosa que llevaba en su seno su propia destrucción, pues si por algo se caracterizó nuestra historia fue por la incapacidad de los españoles para preservar lo conquistado. Justo en esa época empieza el desmembramiento de España, con la separación definitiva de Portugal y el primer estallido catalán. De entonces acá, en especial tras la pérdida de Cuba, Puerto Rico y las Filipinas, la historia se repite. Los pactos de la Moncloa, el Estatuto de Gernika, por más que en un principio parecieran un éxito del Gobierno de Suárez