BLACK IS BLACK
El vergonzoso caso de las tarjetas “black”, opacas al fisco, muestra hasta qué punto llegó la degeneración de las clases privilegiadas en nuestro país, donde, durante años, delincuentes de cuello blanco de toda procedencia han venido utilizando el dinero público para su propio beneficio, demostrando la facilidad que algunos tienen para derrochar el dinero de los demás. Sabíamos de la inverecundia de tipos como Díaz Ferrán o Bárcenas, pero que semejante plaga corra como la pólvora en el Madrid de la jet, resultaba impensable. La mayoría de los consejeros de Caja Madrid que han acudido esta pasada semana a declarar ante el juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu, no sé si de común acuerdo o no, confesaron que, si bien antes de 1996, el secretario del Consejo de la entidad, Ángel Montero, les pedía que fueran precavidos con el gasto –cosa de lo más natural–, desde el momento de la entrada de Miguel Blesa en la P