MIOPÍA POLÍTICA
En tanto que personalidades como la del papa Francisco cobran vigor hasta el punto de ser elegido personaje de este triste 2013 que, por fortuna, se acaba, en España, desde el rey abajo, pasando por todo el Gobierno de Rajoy, todo es languidecimiento, miopía y cortedad de miras. Cosa tanto más grave cuanto que los nacionalistas catalanes, contagiando cada vez más al PNV y a SORTU, despiden vigor, ganas de lucha y se aprestan para librar la madre de todas las batallas aprovechando esa misma debilidad de nuestros gobernantes. Hoy, más que nunca, hace falta política de verdad, política de altura, pero parece que lo que tenemos apenas nos permite salir de la cocina. Ni siquiera el rey, en su discurso leído de Navidad, despertó el mínimo exigible de emoción y compromiso. Sus frases, más que nunca, fueron un conjunto de lugares comunes, de vulgares tópicos; lo de siempre, vamos, un lenguaje lleno de sobrentendidos, medroso, timorato, como pasando de puntillas p