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Mostrando entradas de mayo, 2012

POBREZA E INFANCIA

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            No sé si el estado de bienestar se está cuarteando, o si amenaza ruina; mas de lo que no cabe la menor duda es que las cifras de pobreza –números cantan– crecen alarmantemente, con datos abrumadores. Las luces de alarma se han encendido y la última cifra hecha pública por la directora ejecutiva de UNICEF, Paloma Escudero, provoca escalofríos. Ya sabíamos que las víctimas por excelencia de este drama que estamos viviendo eran los ancianos y los parados de larga duración. Cosa dolorosa. Pero, más aún, el dato recién anunciado por la señora Escudero de los 4,2 millones de niños que ya están en el umbral de la pobreza en España.             Esto significa un retorno a los años de la posguerra –hay que ver el poco tiempo que exige destruir lo que tantos años se tardó en levantar–, con la particularidad de que, en aquellos durísimos años, la economía rural al menos permitía granjearse, mal que bien, un mendrugo de pan, un trozo de sandía o cualquier manzana. Hoy, en c

LA MUERTE DE CARLOS FUENTES

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                                           Cuando nos disponíamos a celebrar el cincuenta aniversario de esa maravillosa novela que fue La muerte de Artemio Cruz , por uno de esos caprichosos azares del destino, nos llega de repente la noticia de la muerte del mejicano Carlos Fuentes, cuya actividad literaria e intelectual, como la de Gabriel García Márquez, ha venido llenando los últimos sesenta años.             Nacido justo el mismo año que el Nobel García Márquez, o sea, en 1928, con su muerte se rompe la de ese hermoso trío de novelistas de talla mundial que formaba con el propio García Márquez y Vargas Llosa –ocho años más joven este último.             Como Tres tristes tigres de Guillermo Cabrera Infante, Pedro Páramo de Juan Rulfo, La ciudad y los perros de Mario Vargas Llosa, Rayuela de Julio Cortázar, o Cien años de soledad de García Márquez, con La muerte de Artemio Cruz Carlos Fuentes, el mejicano universal, daba otro impulso a la literatura hispanoameric

¿QUÉ OCURRE CON NUESTRA CLASE POLÍTICA?

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                                El último barómetro del CIS refleja datos muy preocupantes y dignos de reflexión. De ellos, sin duda, el más significativo es el lugar que viene ocupando, desde febrero de 2010, la clase política y los partidos: un alarmante tercer lugar en la preocupación de los españoles, justo por detrás de la lacra del paro y de los problemas financieros en general.              Es evidente que el divorcio entre la clase política y la ciudadanía se torna cada vez más agudo. La gente, desde la llamarada de escándalos que jalonaron a los partidos políticos desde los años de vacas gordas, ha perdido parte considerable de la fe que depositaron en ellos, sin que a ellos, por su parte, parezca importarles en demasía, subidos como están en sus pedestales, recuperar la confianza perdida; les basta con que los voten, y eso, con el auxilio de la televisión es pan comido.             La realidad es que algo falla, algo muy grave. Por primera vez en nuestra democracia l

¿ES ÉSE EL CAMINO?

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                                                      La situación actual de la Universidad Regional es francamente desmoralizadora. En sólo unos meses hemos caída en barrena y, las noticias, que nos llegan con cuentagotas, no hacen más que empeorar una situación ya de por sí viciada. Como si de la gota malaya se tratara, el efecto producido por semejante política es el de un estado de ansiedad generalizado, por no decir de terror sin paliativos. La rumorología –lanzada por no se sabe bien quién y con qué aviesos fines– causa estragos a diario, produciendo un estado lamentable de inestabilidad e inseguridad que se hace sentir en todos los estamentos. Trabajar de ese modo sin saber lo que, a espaldas del claustro soberano, se prepara, es una especie de tortura por la esperanza, que decía Edgar Poe.             El Vicerrectorado de Investigación, pieza clave en la estructura universitaria, se ha convertido de la noche a la mañana en un cementerio, donde, sin un euro que repar