LA NECESIDAD DEL EJEMPLO
Aquí no hay más remedio que cortar cabezas si se quiere restablecer la ejemplaridad. Hay semanas, como esta que hoy acaba, por las que hay que pasar tapándose la nariz con los dedos para no oler el asqueroso relente que se respira en el país, o bien metiendo la cabeza bajo el ala y olvidándose de todo y de todos. Creo no escandalizar a nadie si digo que este país huele a podrido. Uno tras otro, quienes tenían que dar ejemplo de honestidad, de austeridad y de escrupulosidad, fallan reiteradamente, y el pueblo, castigado injustamente, asiste estupefacto al bochornoso espectáculo de la indecencia rampante, de la picaresca de guante blanco. Y es que, si lamentable es ver al ex presidente de la Generalitat valenciana, Francisco Camps, y a su antiguo hombre de confianza Ricardo Costa, en el banquillo de los acusados defendiéndose como gato panza arriba de evidencias vergonzantes, indignas de un pol