METAMORFOSIS


            Es posible que para lo que menos preparados estemos los seres humanos sea para las súbitas metamorfosis que, de repente, se producen en personas individuales o en grandes sectores de población, que acaban descolocando a quienes se dan de bruces con ellas. Qué decir, si no, de aquellas colas de miles y miles de españoles que, al morir Franco, esperaron horas y horas para rendirle homenaje en el Palacio de Oriente. La gran mayoría de la población española, el 20 de noviembre de 1975 se acostó franquista, y se levantó demócrata, muchos, incluso, demócratas de toda la vida. Un fenómeno digno de análisis.
            Mucho más impactantes fueron los procesos vividos en Italia, y, sobre todo, en Alemania, años antes. Seres humanos normales y corrientes que, insuflados por el fanatismo redentor de Mussolini y Hitler, se transformaban en auténticos fanáticos, modelos de intransigencia e intolerancia.
            Nadie mejor que Ionesco, en su obra Rinoceronte, ha sido capaz de plasmar en el teatro semejante proceso metamórfico, utilizando para ello la figura de esta bestia cornuda, que poco a poco va reemplazando al ser humano hasta convertirse en dueña absoluta del entorno donde prolifera. Una fábula con tintes de pesadilla donde, de repente, como en La Peste de Camus, una ciudad plácida va a ver modificado su hábitat en una progresiva aceleración. Primero alguien observa un rinoceronte que imagina escapado del zoológico. Pero después son varios los que se dejan ver, despertando la inquietud ciudadana. El proceso no se detiene, hasta que incluso vemos cómo un individuo se convierte en bestia ante nuestros ojos. Se trata de un individuo intolerante, soberbio y muy poseído de sí mismo. La progresión para entonces se ha tornado geométrica. Todos los ciudadanos devienen en rinocerontes; todos cantan en grupos; todos son bellos; todos se erigen en fuerza actuante. Hasta que al final, tan sólo el protagonista, Berenger, un ser normal y corriente, aun cuando él también desearía pasar a formar parte de la manada, sigue formando parte de la comunidad humana, acosado por las bestias, dueñas y señoras de la situación.
            Cómo no ver en esta obra maestra del teatro de vanguardia un retrato fidedigno, aunque, por el momento, exagerado, del proceso de manipulación de la población catalana por parte de Ezquerra Republicana de Cataluña, aprovechando la cadena de errores cometidos por Aznar, Zapatero y Rajoy. Se empieza manipulando el lenguaje y se acaba en puro divorcio. Durante años, hablar castellano en Cataluña estaba bien visto. Hoy es justo lo contrario, al igual que declararse español, algo que conviene ocultar por el propio bien del interesado y de su familia. Un proceso perfectamente pergeñado por un grupo de fanáticos puros, aprovechando la intolerancia de los que, dirigiendo la nave del Estado, lo fían todo a las leyes y casi nada a su propia habilidad.
            En la dinámica adoptada por Cataluña y el Gobierno Popular apenas hay margen para la esperanza. Hasta la lógica se malinterpreta, tal y como vemos en Rinoceronte, cuando el “lógico” manipulador enuncia: “Todos los gatos son mortales. Sócrates es mortal. Ergo, Sócrates es un gato”. De igual modo para Mas y Junqueras, “España es por naturaleza un país dado al expolio. Cataluña es expoliada. Ergo, España expolia a Cataluña”. La lógica –manipulada, claro– sirve, como vemos, para todo, sobre todo cuando la intransigencia se convierte en fuerza motriz de un pueblo. Es una vez más, como vemos, la reactualización del mito de la Torre de Babel que hace imposible todo intento de comunicación y entendimiento.

                                    Juan Bravo Castillo. Domingo, 22 de diciembre de 2013

             

Comentarios

Entradas populares de este blog

LA BRECHA SOCIAL

DIEZ AÑOS SIN BERNARDO GOIG

DESIGUALDADES Y POBREZA