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Mostrando entradas de abril, 2012

EMERGENCIA NACIONAL

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            Los 5.639.500 parados que nos acaba de anunciar la EPA para este fatídico final de abril es una cifra rayana ya en lo insoportable, una cifra de emergencia nacional; y lo peor es que parece como si ya nos hubiéramos acostumbrado a esta especie de plaga bíblica que se cierne sobre nosotros. 24,44 % de parados en una economía como la española, supera cualquier límite razonable. Y lo más trágico, dentro de la tragedia generalizada, es que son ya 1.728.400 los hogares en que todos están mano sobre mano en espera del milagro que no llega. Este trimestre, que quedará para la historia como el de la nueva Reforma Laboral, nos trae la horrible cifra de 365.900 parados, más de 4.000 diarios, lo que demuestra, ya no sólo que nuestros dirigentes sindicales tenían razón cuando decían que la reforma no iba a solucionar los problemas, sino que, antes bien, los está agravando.             De una economía boyante como lo era la española hace cinco años, hemos pasado a un

EL LIBRO: TEMA CANDENTE

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            Hace un par de años, Umberto Eco y Jean-Claude Carrière publicaban el volumen titulado Nadie acabará con los libros , que no pudo menos de ponernos en guardia frente a una realidad amenazante, que año tras año se torna más fehaciente, sobre todo para los que hemos hecho de los libros una razón vital.             Recuerdo con verdadera añoranza cuando, en 1982, en Maguncia, junto a otros compañeros de congreso, gocé del privilegio de imprimir personalmente, en la viejísima imprenta de Gutenberg, la primera página de la primera Biblia que él imprimió. Aquello, más que una máquina de imprimir, parecía una mesa de matarife, pero la página que salió de allí era una maravilla.             Conservé muchos años aquella página como un amuleto, entre los más antiguos libros de mi biblioteca. Gutenberg cambió el mundo con su invento, y para quienes amamos los libros, Gutenberg fue un dios. Vivir entre libros ha sido el lujo más grande del que ha podido gozar un hombre. Fre

SALIR ADELANTE A COSTA DE LO QUE SEA

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            Hay nervios en el Gobierno; se palpa en el ambiente, y no es para menos. Los del martes pasado –otro martes negro– fue un nuevo aviso serio de que todo parece haberse conjurado para hacer de España el nuevo muñeco del pin pan pun que hay que derribar como sea. Con el fantasma de la intervención ciñéndose sobre nuestras cabezas, la Bolsa hundiéndose, la prima de riesgo por encima de los 400 puntos básicos, y Sarkozy y Monti dándonos caña desde Francia e Italia, cada uno por diferentes motivos, el pánico invadió el escenario, hasta el punto de que Rajoy optó por salir del Senado por la puerta del garaje eludiendo, como alma que lleva el diablo, la presencia de los periodistas.             Es evidente que no llevaba los papeles preparados  y aquí, en este Gobierno, nadie se atreve a decir esta boca es mía sin llevar previamente por escrito el mensaje para evitar meter la pata y agravar aún más la situación que echa chispas y que, por momentos, produce la desafección

DESPIDO POR LOS SUELOS

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            ¿Era algo estrictamente necesario rebajar hasta esos límites el listón del despido como lo hace esta malhadada reforma laboral? ¿Se trataba de complacer al tándem rector Sarkozy/Merkel? ¿No será más bien que los empresarios, que han llevado las cosas hasta extremos inadmisibles, pretenden poner en práctica el viejo refrán de “a río revuelto, ganancia de pescadores?             Uno, que lleva visto ya mucho, se inclina más bien a pensar lo segundo. La ocasión la pintan calva, y la ocasión estaba ahí. La realidad, en efecto, es que, a  lo largo de tres largos años, se ha ido fraguando la idea de que, con la llegada de las vacas flacas, había que quitarse de encima lastre en cantidad, lastre que estorbaba, sin tener en cuenta que ese lastre que ahora la patronal se quita casi “de balde”, desempeñó un papel trascendental durante el período de vacas gordas, gordas para los patronos, claro, que no para los trabajadores, obreros o jornaleros.             Es evidente q