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Mostrando entradas de enero, 2014

LAS DESIGUALDADES TOCAN TECHO

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     Recién iniciado el Foro Económico Mundial en la ciudad suiza de Davos bajo el lema Gobernar para las élites. Secuestro democrático y desigualdad económica , el pesimismo lo invade todo al hacerse ya plenamente notorio el fracaso de los Estados y de las fuerzas reguladoras del Planeta con miras a crear un mundo más justo, menos cruel y encanallado. Hoy más que nunca se hace evidente que, hundido el comunismo, como mecanismo de contrapeso, la tiranía del capital impera ya sin trabas, generando una estructura piramidal que, disfrazada del honorable título de neoliberalismo, permite que, cada vez más, unos pocos poquísimos controlen la inmensa mayoría de la riqueza mundial, provocando una situación explosiva en muchos puntos del Planeta, véase, si no, lo que a diario ocurre en la valla de Melilla.       Decir que 85 ricos suman tanto dinero como 3570 millones de pobres, como denuncia el informe Interpón Oxfam, o sea, que un individuo posee lo que 42 millones de pobres, deja p

BARRÈS, EL GRECO Y TOLEDO

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            Mi objetivo con este artículo es subrayar algo que a menudo se olvida en nuestro país, tan dado él al papanatismo y a la exaltación de genios que durante siglos permanecieron sumidos en el semianonimato, como es, cuando hablamos del Greco, el papel trascendental de Maurice Barrès a este respecto en su hermoso libro, para muchos olvidado, de El Greco o el secreto de Toledo , con el que el francés, a diferencia de los demás románticos viajeros, ponía de moda la visión estético-contemplativa y de búsqueda de la identidad esencial de España.             De los tres viajes que hizo Barrès a Toledo, en 1892, 1902 y 1911, fue en el segundo cuando –probablemente iniciado por el célebre conde Robert de Montesquiou, poeta y esteta refinado, árbitro de la elegancia en los salones fin de siglo, amigo de Proust y modelo inspirador en a la Búsqueda del tiempo perdido – se despertó su entusiasmo por la pintura mítico-visionaria del Greco. Cuentan a este respecto que se pasaba los

¿GENERACIÓN PERDIDA O GENERACIÓN VENCIDA?

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            Los datos aportados por el primer Estudio del Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud son algo más que preocupantes, ya que demuestran que esa juventud a la que, como padres y como docentes, hemos dedicado la mayor parte de nuestra vida, de “generación perdida” –nombre con que en muchos ámbitos es ya conocida, a semejanza de la célebre lost generation – empieza a dar síntomas de ser una “generación vencida”, ¿o acaso sería más correcto decir,   generación estafada”?             La resistencia tiene un tope, lo mismo que el ámbito de la esperanza, y ese tope hace tiempo que gran parte de nuestra juventud lo alcanzó. Formados durante casi veinte años, acumulando carreras, especialidades, másteres y demás cursos de perfeccionamiento, incluidos los tan necesarios idiomas, más de las tres cuartas partes de nuestros jóvenes se declaran vencidos, claudicando ante un sistema canallesco que, como Moisés ante la Tierra Prometida, un día les dijo

OTROS DOS AÑOS PERDIDOS: SEÑOR RUBALCABA

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            El milagro que espera el candidato de la oposición, don Alfredo Pérez Rubalcaba, desde la aciaga noche, hace más de dos años, en que le cupo el triste honor de obtener para el Partido Socialista los resultados electorales más pobres de su historia reciente, no sólo no se produce, sino que se diluye en el tiempo, hasta el punto de que no faltan voces “chistosas”, claro, que piden a Rajoy que le erija una estatua de agradecimiento, porque, gracias a él, está logrando sortear la travesía del desierto de la mentira con que ha alimentado las ilusiones de un pueblo. No en vano, un caballero valenciano, escribía el pasado martes, 31 de diciembre, en las páginas de opinión del diario El País: “¡Qué ingenuos fueron quienes sin ser banqueros ni miembros de un Consejo de Administración votaron al PP!”.             Asegura Jonqueras, desde Barcelona, que “cada vez que habla Rajoy se incrementa la cifra de independentistas catalanes”; a lo que habría que añadir que, cada vez que