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Mostrando entradas de septiembre, 2014

¿PODEMOS?

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            Lo más novedoso y estimulante del triste espectáculo de la política española de los últimos años ha sido, qué duda cabe, la irrupción de “Podemos”, capitaneado por Pablo Iglesias, en los últimos comicios europeos. De entonces acá, España se ha dividido entre defensores y detractores de este nuevo partido, consagrándole programas y programas, la mayoría para denostarlo, por más que lo único que hayan conseguido éstos es hacerle una publicidad gratuita, aumentando su popularidad hasta el punto que ya se plantea metas más ambiciosas en las próximas elecciones municipales y autonómicas, con resultados esperanzadores para dicho grupo.             No es la primera vez que se produce un fenómeno de esta trascendencia, incluso en España, tan dada ella al bipartidismo. Ahí tenemos la presencia de UPyD, o la de Ciudadanos que, durante unos cuantos años han sabido granjearse la simpatía de muchas personas hartas de votar a los de siempre. Ahora bien, en tanto que el partido d

ENTRE LA ESPADA Y LA PARED

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            El rostro del Ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, durante estos últimos días es todo un poema, como el de Iker Casillas. Él solito se metió –o lo metieron– en un jardín, y ahora paga, y de qué modo, las consecuencias. Con el fin de complacer y atraerse al ala ultracatólica, Rajoy introdujo en su programa la reforma de la Ley del Aborto de Zapatero como uno de los proyectos estrella de su legislatura. Este proyecto se le encomendó al ex alcalde de Madrid, que lo acogió con el entusiasmo del neófito que tanto asombró a propios y extraños, máxime habida cuenta de que muchos lo tenían por un tipo francamente progresista.          Durante largos meses, Gallardón tuvo que soportar las sucesivas andanadas no sólo de los partidos de izquierdas, sino también las de personalidades de su propio partido –Celia Villalobos, Monago, Feijóo, etc.–, ataques que él afrontó con una energía desbordante, de tal modo que nos hizo pensar que había algo personal en tan descara

ORIOL JUNQUERAS

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            Este profesor de italiano de maneras dúctiles y aspecto de Falstaff no augura nada bueno para España. Como todos los avispados, Oriol buscó   al tonto útil de turno que le hiciera su trabajo y a fe que lo encontró en un Artur Mas, rebosante de rencor con Zapatero por la jugada que le hizo con el tristemente célebre “Tripartito”. Artur Mas asumió el cargo de President de la “Generalitat” con el corazón cargado de rencor y de ansias de venganza, anunciando un referéndum que él sabía utópico, a la par que catastrófico, pero ahí estaba Junqueras, detrás de él para convertirlo en piedra de toque.             Jamás en la política española se vio un zafio tan sublime como Artur Mas y a un artero como Junqueras engordando a pasos acelerados como la rana que se tragó al buey de la fábula, hasta adquirir visos de ganador, y todo ello sin mover un dedo, simplemente enderezando al muñeco cada vez que vacilaba al darse cuenta del tremendo enredo en que había metido a Cataluña.

MONOTEMAS

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            Si por algo se caracteriza la política española en los últimos tiempos es por la profusión de los eslóganes con que a diario nos martirizan esos expertos del marketing que, desde las bambalinas, intentan llevarse siempre el gato al agua, reiterando mensajes y frases hechas que al final el vulgo acaba tragándose y creyendo a pie juntillas.             Hace unos cuantos meses, por ejemplo, y en vista de que la situación de la clase política había llegado a límites intolerables en materia de corrupción, surgió con brío imparable, como el del pecador arrepentido, el término “regeneración democrática”, el cual, como es notorio, no tardó en hacer fortuna, hasta el punto de que lo oímos a diario en boca de toda clase de políticos al uso, que lo emplean como el que lleva un traje nuevo, convencidos de que basta reiterar una frase, como en el Credo, para que al final reciba la absolución.             Muy arraigada ha de estar esa creencia entre nuestra clase política, pue