LOS MALES DE LA UNIÓN EUROPEA
Es muy posible que el gran problema de Europa, lejos de la constante amenaza yihadista , sea la desaparición del espíritu de concordia de los padres fundadores que, escarmentados de tanto error y tanto nacionalismo nefasto, lo dieron todo para volver a sentar las bases del Sacro Imperio de Carlomagno, o sea, Europa, la Europa unida, pese a sus diferencias idiomáticas, culturales y raciales; poner de relieve lo que nos unía –la historia y sus avatares– sobre lo que nos separaba, que también era mucho. Había que empezar por la economía en el Tratado de Roma, que acaba de cumplir 60 años, como así se hizo – primum vivere –, para luego pasar progresivamente a la unión ideológica y política, que impidiera posibles nuevas catástrofes, asunto harto delicado por lo que ello conllevaba de renuncia a la soberanía de los distintos países. La deriva, sin embargo, ha sido manifiesta desde el momento que, tras la desaparición de los grandes líderes –Helmut Kohl, Franço