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Mostrando entradas de abril, 2016

HOMENAJE A CERVANTES

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            Consciente muy posiblemente, como todas las mentes lúcidas de su época, de que España se había apartado definitivamente de la modernidad dando su espalda a Europa y encerrándose en sí misma, Miguel de Cervantes fallecía el día 22 de abril de 1616, en su casa de Madrid, en la calle del León, sólo unos días después de la muerte del otro gran genio de su época, el inglés William Shakespeare, al que nunca conoció.             Han pasado cuatrocientos años de aquella efeméride. Como ocurrió con el cuarto centenario de la publicación de la primera parte del Quijote , en 2005; o con la de la segunda parte, el pasado año, la avalancha de publicaciones, artículos, congresos, coloquios, etc., por no hablar de los ambiciosos programas turísticos manchegos, no ha dejado de crecer. Libros, unas veces oportunistas con ánimo de hacer caja; otros producto de cervantistas de corazón, ávidos de expresar matices nunca abordados de la extensa producción de Cervantes, se suceden en los e

MARIO EL MAGO

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                                   Aunque muchos lo consideraban un personaje amortizado, pocos sabían que Mario Conde, el que antaño fuera el financiero de moda , modelo de una juventud ansiosa de enriquecerse, venía siendo objeto de persecución por la UCO de la guardia civil por blanqueo de capitales, organización criminal y contra la Hacienda pública.             Como se sabe, Conde fue detenido por primera vez en diciembre de 1994 por el escándalo financiero de Banesto acusado de apropiación indebida y estafa de 7.000 millones de pesetas (unos 19 millones de euros) de la entidad. En 1995 fue arrestado por el caso Argentia-Trust, que investigaba la desaparición de 600 millones de pesetas (3,6 millones de euros) desviados desde Banesto a esta sociedad instrumental. Tras mucho estira y afloja intentando pasar por mártir de la causa, el 31 de marzo de 2001 la Audiencia Nacional lo condenó a 14 años por los delitos de estafa y apropiación indebida en el caso Banesto,

¡VIVA ISLANDIA!

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                        Los “Papeles de Bárcenas” han quedado por fin relegados al olvido, sustituidos por los “Papeles de Panamá”, que, como por ensalmo, han venido a acaparar estos días la atención mundial gracias a la filtración de 11 millones de documentos de un bufete de abogados panameño, poniendo en la picota a un sinfín de políticos, empresarios y “personalidades” de todo el mundo en compañías radicadas en paraísos fiscales y que muy bien podrían haber servido para evadir impuestos.             El escándalo, una vez más, está servido, y la lista de los que utilizaron la firma Mossack Fonseca para ocultar su riqueza me dejaría sin espacio para decir lo que pienso. Desde Putin a Cameron, pasando por Macri, Basshar al Asad, el rey saudí, el difunto Gadafi, aquí no hay Dios que se salve. Descendiendo a España, la vergüenza, si la hubiere, se abate sobre personalidades de la talla de doña Pilar de Borbón –una vez más la realeza–, Almodóvar, Imanol Arias, Oleguer Pujol –c

DEL DICHO AL HECHO

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             Llevamos ya cerca de ocho años llorando y exigiendo cambio de modelos, disciplina, ejemplaridad de los de arriba, en una palabra, decencia con mayúsculas. Por su parte, los partidos y entidades responsables llevan ya cerca de ocho años dándose golpes de pecho, proclamando a los cuatro vientos sus propósitos de enmienda, pero, en cuanto volvemos la espalda, vemos que todo sigue igual, que España es un vicio viviente y que por aquí lo que impera es la rutina y el que goza de un privilegio se aferra a él como a un clavo ardiendo.             Véase, si no, la cantidad de noticias que nos salpican a diario y que son más de lo mismo, o sea el predominio de la indecencia, ajeno ya incluso al viejo dicho lampedusiano de que “dejemos que todo cambie para que todo siga igual”. Nos enteramos, por ejemplo, de que un total de 119 banqueros españoles obtuvieron una remuneración superior a un millón de euros en 2014, lo que situó a España, esa misma que tuvo que pedir el re