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Mostrando entradas de enero, 2018

SEMANA NEGRA PARA LA MARCA ESPAÑA

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            Me parece muy bien que, por razones tácticas, el juez Pablo Llarena no emitiera el pasado lunes la euroorden correspondiente para que le echaran el guante de una puñetera vez a este emisario de la antiespaña a su llegada al aeropuerto de Copenhague; me parece menos bien que le permitieran arremeter una vez más contra España de una forma desaforada en la “conferencia” que, bajo el título “¿Cataluña y Europa, en una encrucijada por la democracia?”, leyó en el departamento de Ciencias Políticas de dicha universidad danesa. Pero que ni siquiera se enviara, desde el ministerio de Asuntos Exteriores español, o desde donde fuera, a un par de expertos para rebatir tanta calumnia y tanta mentira contra España, me parece un delito de leso patriotismo para el Gobierno español, que día a día permite que el tal Puigdemont denigre de una forma inmisericorde los valores y las esencias de un país cargado de historia como es España, para regocijo de sus enemigos, que, como vemo

DE PENSIONES Y PENSIONISTAS

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            El pasado sábado 13 de enero, en el programa la Sexta Noche, asistimos a un interesante cara a cara entre dos eminentes economistas, Juan Ramón Rallo, un liberal de tomo y lomo a la neoyorquina, y José Carlos Díez, socialista con amplia visión de futuro de los que dicen al pan pan y al vino vino. Los dos estuvieron de acuerdo en que las cosas pintan pero que muy mal para las pensiones, cosa que a nadie medianamente informado puede pillar de sorpresa, sobre todo porque el Gobierno de Rajoy, que ha agotado prácticamente la hucha de las pensiones –menos mal que era la derecha la que tradicionalmente tenía que venir a solventar los derroches de la izquierda–, parece no tener ninguna prisa en poner algún tipo de solución al problema, con un Pacto de Toledo prácticamente paralizado y un porvenir negro, negrísimo, por culpa de la pésima calidad de los salarios y de la avaricia de los empresarios que todo lo quieren para ellos.             Pero, en tanto que Juan Carlos Díez

RODRIGO RATO: EL ÍDOLO DE BARRO

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            Lo tuvo todo; fue uno de los “grandes” de Aznar y del Partido Popular; todos le auguraban un espléndido porvenir; gozaba de una aureola rayana en lo mágico; vicepresidente del Gobierno; director del Fondo Monetario Internacional; presidente de Bankia. Su nombre, su voz radiofónica, sus juicios claros y contundentes: todo permitía augurar que estábamos ante una firme promesa de presidente de Gobierno. Hasta que el dedo de Aznar lo dejó a un lado y fue a posarse en el dócil Mariano Rajoy, un hombre de confianza, un factótum como Fígaro. Le pudo el despecho: “fue –dijo, en la intimidad, claro está– por haberme mostrado contrario a la guerra de Iraq”. Como premio, nada más y nada menos que al FMI, con el permiso de Bush. El exilio dorado. A todos extrañó la espantada posterior. Estaba cansado; añoraba su tierra; le podía el cargo: se dijo de todo y todos llevaban un poquito de razón. Volvió a España, y aceptó ese caramelo envenenado que era Bankia. Y allí se estamp

LOS BALANCES DE RAJOY

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            Escuchando a don Mariano Rajoy el pasado viernes 29 de diciembre hacer balance del año 2017, uno se explica perfectamente por qué Albert Rivera le va limando votos continuamente no sólo en Cataluña –donde ha dejado al PP a dos velas–, sino también en el resto de España , donde el “efecto Arrimadas” se hace cada vez más notar.         La autocomplacencia de la que este hombre hace continuamente gala, su falta total de autocrítica, su forma de ver al interlocutor que tiene enfrente como un ser limitado y, como tal, absolutamente crédulo, no pueden menos de irritarnos. Decir, con absoluta convicción, que la recuperación económica está cada vez “más presente en la vida de los ciudadanos y no son sólo cifras macroeconómicas” es para sonreír, si el asunto no fuera de un trágico cada vez más acusado. Subir el salario mínimo en 40 euros, o subir el 0,25 % en las pensiones de nuestros jubilados produce, al parecer, estos efectos de euforia en nuestro presidente de Gob