Entradas

Mostrando entradas de mayo, 2017

LA CAÍDA DE UN MITO DE BARRO

Imagen
            Tan sólo los barones, la maquinaria del PSOE y la propia Susana Díaz se empecinaron en ignorar la opinión de unas bases hartas de dejarse manipular. Cuarenta años imponiendo unos cuantos sus leyes a los militantes: éste vale, éste no, éste es potable, éste no, éste es un crítico, éste es dócil. Y siempre los mismos manejando los hilos entre bambalinas. Así un año y otro y otro. La cuerda se tenía que romper tras años y años tensándola. Y al final se rompió.             Había que avalar a doña Susana porque ella era la ungida, la lozana andaluza; había que machacar a Pedro Sánchez, al díscolo Sánchez, al apestado Sánchez, porque previamente había sido condenado por la cúpula y, sobre todo, por la propia Susana Díaz, “éste no vale, pero nos vale”.             Esta dama, la favorita, el invento de Griñán, fuerte, astuta y ambiciosa, creía, como el Caudillo, tenerlo todo atado y bien atado, con el apoyo de Felipe, de Guerra y compañía, pero se olvidó de lo esencial,

BARCAROLA

Imagen
            El pasado jueves, la revista Barcarola celebraba en el salón de Plenos del Museo Municipal de Albacete la entrega de galardones correspondientes a la XXXII edición de poesía y narrativa. El acto, brillantemente cerrado por la cantante Clara Montes, tuvo como ganadores al valenciano Rafael Camarasa, en la modalidad de poesía con un magnífico poemario titulado Sin noticias de Liliput , y al muy conocido J. J. Armas Marcelo en la modalidad de cuentos, con un relato titulado Detroit , con el que sorprendió al jurado por su extraordinaria calidad proustiana. Fue sin duda un momento importante.             A la hora de la entrega de los galardones, Armas Marcelo desveló el misterio de haber optado al premio Barcarola . Sus palabras no dejaron lugar a dudas: no lo había hecho por la cuantía económica, como ocurre con el Nadal, sino por su prestigio, por el gran renombre que actualmente ha adquirido la aventura de Barcarola tras treinta y dos ediciones consecutivas de pre

LA VOZ DE LA CALLE

Imagen
            Una de las quejas más oídas en la calle es la de que los gobernantes y políticos únicamente se acuerdan del ciudadano cuando les sube el agua al cuello: es decir, cuando llega el momento de las elecciones de cualquier índole, y después, “si te he visto no me acuerdo”; algo parecido a lo que ocurre con el hijo que acude a su madre a sacarle los veinte euros que necesita, y después, “hasta luego, Lucas”.             Y así, no es de extrañar que sean muchos los que, posteriormente, se arrepienten de haber dado el voto, e incluso se sienten timados y hacen propósito de no caer de nuevo en la tentación, hasta que, llegado el momento, se dejan embaucar una vez más por los cantos de sirenas, las promesas y los expertos de la comunicación.             Es evidente que la voz del pueblo no interesa, y sin embargo, es ahí, en esa voz, donde radica el justo medio, lo razonable, la pura lógica, sin los cuales los gobernantes no son a menudo sino muñecos del pin pan pun al ser