Entradas

Mostrando entradas de febrero, 2017

CARTA DESDE MI CELDA

Imagen
            No le cuento el motivo por el que llevo en prisión dos años porque le entraría la risa. No soy Granados, ni soy de la Gurtel, soy simplemente uno de esos presos anónimos a los que usted aludía en su artículo “Absuelta por amor”. Llevaba usted mucha razón: Aquí alguien ha hecho encaje de bolillos y le ha salido muy bien. Claro que, a mi juicio, ese alguien ha jugado con ventaja.             Quiero empezar diciéndole que, a diferencia de esa caterva de resentidos ociosos que acostumbra insulta en la puerta de los juzgados, no soy de los que se alegran viendo entrar a la gente en prisión. Al contrario, soy de los que suprimirían estos centros penitenciarios que, pese a sus “comodidades”, no hacen más que degradar al preso sin redimirlo. Eso de la redención no pasa de ser un camelo.             Pero hay algo que se llama agravio comparativo, y sepa que yo y muchos de nosotros nos sentimos agraviados a diario viendo el desmadre de la Justicia y el diferente trato reci

ABSUELTA POR AMOR

Imagen
            Lo de salvarse por amor como lo de morir por el honor es algo muy español. Buen ejemplo de ello lo vemos en Don Juan Tenorio de Zorrilla, drama romántico en el que el autor se permite enmendar la plana al estricto Tirso de Molina, creador del mito de Don Juan.             La fuerza del amor, como reiteradamente puso de relieve la defensa de la infanta Cristina de Borbón durante el juicio del caso Nóos, cuya sentencia acabamos de conocer, fue lo que indujo a la princesa a firmar, uno tras otro, los papeles que le iba poniendo sobre la mesa su esposa don Iñaki Urdangarín. Lo amaba tanto, que confiaba ciegamente en su forma de actuar. Ella, en realidad, pese a sus estudios de económicas y su trabajo de alto funcionario de la Caixa, no sabía nada ni quería saber nada. Lo suyo era gastar y cuidar a sus cuatro hijos. Para lo demás ahí estaba Iñaki, su amado Iñaki, por quien siempre puso, pone, y pondrá, pese a la sentencia que lo envía a la cárcel, la mano en el fuego.

CORRUPCIÓN EN EL VATICANO

Imagen
            Resulta terrible ver cómo el papa Francisco admite ya sin ambages que hay corrupción en el Vaticano, algo que se intuía, pero que no por ello llama menos la atención. Y si la confesión resulta ya de por sí contundente, todavía lo es más cuando añade que “él vive en paz”. Aseveración que no podemos tomar sino como una mera contradicción por cuanto que él, como máximo responsable de la institución, ha de estar de todo menos tranquilo de tener al diablo en casa.             Estas aseveraciones, hechas el pasado jueves a los superiores de las órdenes y congregaciones de religiosos, y publicadas en parte por el diario Corriere della Sera , no hacen sino corroborar algo que se viene detectando en los últimos meses, y es una cierta fatiga y desencanto en este gran hombre que, lástima que no llegara al pontificado unos cuantos años antes.             Existen, en efecto, en él signos evidentes de desmoralización –cierto que también Jesucristo los tuvo en la cruz–. Su valent