EL MÉTODO RAJOY PARA SALIR DE LA CRISIS


            Para Rajoy y su equipo todo es cuestión semántica y anafórica. Negar, negar y negar. Tú más, tú más, tú más. Y, sobre todo, reiterar que ya salimos de la crisis, que se han acabado los recortes, y que, a este paso, en un pis pas España irá bien. Un auténtico vendedor de motos. Un hombre bien asesorado donde los haya. Y con esa oposición y con su mayoría: está chupado.
            Viendo las cosas con un mínimo de objetividad, uno no puede menos de preguntarse: ¿por quién nos toma este señor? ¿Por quién toma este señor al pueblo? ¿Hasta qué punto está convencido de que puede manipularlo como si fuera un niño de pecho? ¿Cómo se puede hacer de la mentira permanente un modo de hacer política?
            Asegura que los recortes se han acabado. Y, sin embargo, lo que vemos es una auténtica carga de caballería contra los damnificados de siempre: o sea el pueblo llano, o sea, la clase media y los que por no llegarles, no les llega la camisa al cuello.
            El otoño está servido, y, para quien no se lo crea, ahí está el hacha –que no la tijera– haciendo estragos: sube la electricidad un 3,1% situándonos en el segundo de los grandes países de la U. E. por lo que se refiere al coste eléctrico, sólo superados por Italia. Se impone el copago farmacéutico con gravámenes insoportables para los enfermos terminales y de larga duración, que tendrán que renunciar muchos de ellos al tratamiento. Congelan las pensiones, con el “digno” propósito de ahorrar 32.000 millones de euros en cinco años, cantidad que, curiosamente, casi se corresponde a la inyectada a los bancos y cajas para sanearlas, asegurándonos –otra mentira– que serían los propios banqueros los que se responsabilizarían de devolver el préstamo: pues no, son los pensionistas, los antaño intocables, los que se encargarán de hacerlo. ¡Qué sarcasmo! Y, por si faltaba algo, se anuncia una cuarta congelación del salario de los funcionarios, aquellos mismos a los que se le redujo en un 5% el salario y que el pasado año se quedaban sin paga de Navidad, aquellos que vienen siendo demonizados por el hecho de tener un trabajo fijo –de momento–, y que arrastran una pérdida del 20% en su poder adquisitivo, con lo que ello supone de amenaza para el consumo.
            Y a todo ello, y no contentos por lo visto con la soberana injusticia que se está perpetrando contra el pueblo español –excepción hecha, claro está de los buitres que aprovechan la situación para enriquecerse aún más, importándoles un bledo el sufrimiento y el dolor ajenos–, el Círculo de Empresarios insinúa que debe estudiarse la rebaja, “excepcionalmente” (sic), del Salario Mínimo Interprofesional, uno de los más bajos, por no decir el más bajo, de la U.E. Es evidente que la clase empresarial ni tiene conciencia, ni entrañas, y está dispuesta a sacar todo el jugo que puede de esta terrible situación, aprovechándose que tiene incondicionalmente a su lado al Gobierno, ese mismo que gobierna contra el pueblo y a favor de los grandes clanes.
            ¿Cuándo, señor Rajoy, va a darse usted un paseo por el extrarradio de las ciudades, por los barrios obreros, por los pueblos de esta España que se nos mueren sin remedio? ¿Cree usted sinceramente que el camino que sigue es el camino adecuado? ¿Cree acaso que la Historia lo va a reconocer? ¿O usted o sus asesores hace tiempo que perdieron el norte? ¿Para cuándo la lucha contra la economía sumergida y el dinero negro? Usted bien sabe que si aquí todos pagáramos hace tiempo que habría acabado el drama ¿Para cuándo la reforma administrativa suprimiendo el caos en que nos movemos? ¿Para cuándo decirle a los banqueros basta, devuelvan lo que no es suyo y den préstamos o los daremos nosotros? ¿Para cuándo poner coto a la clase empresarial?


                                Juan Bravo Castillo. Domingo, 30 de septiembre de 2013

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