Este título, que podría parecer sacado de una novela de García Márquez, corresponde a una realidad que acabamos de vivir hoy, con un presidente Sánchez que, acosado por todas partes, incapaz de sacar adelante los presupuestos generales, ha tenido que hacer crack, dejando profundamente frustrados a quienes habían confiado en que, por fin, España iniciara un giro hacia lo social, después de más de una década viendo cómo los beneficios del Estado han ido a parar a unas cuantas manos (cada vez menos) y cómo el margen entre los ricos y pobres crecía más y más. Entre todos lo mataron y él solo se murió, dice el refrán; y, como siempre, añado yo, los platos rotos tendrán que pagarlos los mismos. O sea, el pueblo, o sea, la clase media, excepción hecha, claro está, de los amigos de Casado, Rivera y Abascal que ven iluminarse el cielo, pensando qu...